La DGT advierte sobre el auge de los ciberataques en vehículos conectados

Con el auge de los dispositivos conectados, también lo ha hecho el número de ciberataques. Antes se centraban en robar información por Internet o vulnerar el sistema de seguridad de una compañía en concreto, pero desde hace algún tiempo el panorama se ha extendido hasta la posibilidad de hackear un coche.
El último informe de la UNESPA (Asociación Empresarial del Seguro) indica que los robos de coches en España han disminuido a la mitad desde 2011, aunque el número de robos sigue siendo alto. Más aún si contamos con que ahora existen vehículos conectados, con infinidad de ventajas, pero con el riesgo de acabar siendo hackeados.
La puerta de entrada más común de los ciberataques en coches es el acceso sin llave.
Si bien el acceso sin llave es la causa más usual, ciberataques dirigidos hacia los servidores o a las aplicaciones móviles del usuario, también suponen un alto porcentaje.
Recomendaciones para evitar ciberataques en un vehículo conectado:
- Actualizar el software de nuestro coche siempre que podamos, ya que gran parte de los puntos que cubren son posibles puertas de entrada a ciberataques.
- Escanear cualquier USB antes de conectarlo al vehículo, porque podrían contener código malicioso que podría vulnerar la seguridad del coche.
- Desconectar las conexiones WiFi y Bluetooth del vehículo siempre que no se estén utilizando, porque son una puerta de entrada a posibles ataques.
- Vigilar las aplicaciones que descargamos en nuestro teléfono móvil, puesto que alguna podría contener software malicioso que podría llegar a interactuar con el vehículo.
- Estar atento a las llaves de nuestro coche. Las más modernas controlan múltiples funciones del coche, y son susceptibles a que su señal sea copiada. Lo recomendable sería usar el acceso manual todo lo posible. Además, proteger el mando con una funda para evitar la duplicación de señal es más que conveniente.
- Tener especial cuidado con el puerto OBD2 del vehículo. Este puerto permite diagnosticar, programar y codificar múltiples dispositivos electrónicos, y, por tanto, puede ser una puerta de entrada muy peligrosa para ciberdelincuentes.
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